viernes, 5 de noviembre de 2010

La tarjeta

   
    Como todos los  domingos, Javi  se levantaba de la cama  con su pijama de buzo con estampados de ositos. Ya pasados los cuarenta años y con sus noventa y cinco kilos,  disfrutaba  fascinado  con sus amplios ojos azules con los dibujos animados frente al televisor. Después de una noche algo resacosa,  carcajeaba como el correcaminos vacilaba al coyote en su persecución.
Como también tenía que ser su búsqueda  sobre una tarjeta de puesto de trabajo, que cambiaria su vida y no la encontraba....

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