jueves, 4 de noviembre de 2010

La mujer del balneario

   Solo sabía que quería escaparme; sin saber  si  lo que necesitaba se encontraba allí.
El coche negro aparcó en la entrada bajo la única luz nocturna, desde  la ventanilla se distinguía el antiguo  hall. Baje con una maleta, los zapatos de tacón se deslizaban ligeramente sobre la húmeda  gravilla y entre por la puerta giratoria de madera que hacia transportarme a un balneario del siglo pasado....

No hay comentarios:

Publicar un comentario