lunes, 15 de noviembre de 2010

Epifania electronica

  Meto la carne en el horno, es Navidad, sin  ella… recuerdo como un año antes había llegado.
 Sonó el portero automático y recibía aquel inesperado regalo de 1.60 cm empaquetado en rojo que dejaron con delicadeza debajo del árbol iluminado y al lado del humilde Belén. Se escuchaba el entrañable White Christmas de Bing Crosby mientras desenvolvía con intriga y me encontré al destapar; una dulce mujer angelical  dormida rodeada de trocitos de caucho blanco. Bajo, casi escondida, una tarjeta  decía: Tus amigos de Yushin América Inc Robótica.
   Mis ojos se asombraban al ver algo tan perfecto y soñado. Con la boca todavía abierta hallé en un lateral  un manual de instrucciones de reprogramación androide. Me paré sin saber realmente lo que debía de hacer.
  Deliberé mientras la observaba en los pros y en los contras de mi acción, y divagué con fantasías futuras.
   A los tres meses, Angelina activada andaba por la casa a sus anchas y movía su cabellera de bucles dorados con  elegancia y gloria que sobrepasaban lo humano. Bailaba la suavidad sonriente por el hogar.
 Inteligente me traía todo aquello que necesitaba, no encontraba o había perdido. Una noche reía como Angelina bajo un bombín y un pequeño bigote imitaba a Charlot y absorbia un hilo de pasta que no tenía fin.
 Detrás de aquella piel calida y fina, se escondía una sensible seductora que acabó enredándome sobre las sabanas del deseo. Adorable y sofisticada se mantenía conmigo y con el mundo, menos una tarde que caía una fuerte nieve en el que se saltó un semáforo peatonal en  rojo. Esperé desde la otra acera rodeada de gente bajo los copos a que se pusiera verde y cuando llegue donde ella le dije:
 — ¿Quién te crees que eres…? Angélina bajo la ventisca emocional se mantenía apocada con sus ojos turquesas mojados; pareciendo ser mas  humana y mas desprotegida que nunca.    
 El temporal  se marcho con el frió y apareció  la invitación e  insistencia de mis amigos en verla. No conocían la verdadera procedencia de Angelina y tampoco la quería desvelar, solo mis amigos de Yushin lo sabían.
   Llego el sábado esperado, por la mañana  presenté a Angelina con orgullo, se entremezclo con el resto  con naturalidad mientras nos alejábamos en el yate. Las chicas entre risas preparaban unas copas a la vez que  nosotros nos poníamos el bañador. El sol comenzaba a caldear, algunos recostados, otros se tiraban al agua. Angelina tumbada bajo el sol miraba sonriente el cielo azul, y me hacia sin saberlo el ser mas feliz de la tierra. Las chicas al rato comenzaron a lanzarse al agua y Angelina con mirada tentadora se lanzo al mar  y la vi separarse como una dulce sirena. Pero de repente desapareció. Desde la proa, al rato, volvió a la superficie transfigurada con los ojos en blanco y cuerpo agarrotado como si fuera una muñeca rota.      Comenzaron a subirla; sacaba agua de su boca, hablaba de forma metálica y repetitiva. Quisimos enderezarla pero la maquina se despecho con una descarga de humo y chispas. En cubierta mis amigos palidecieron, las chicas se tapaban sus bocas entremezcladas entre el drama y lo grotesco, me acompaño un silencio mudo pesado y doloroso hasta llegar al embarcadero.
   Dejé a Angelina en Yushin American sobre una camilla de acero, sin darme  demasiadas esperanzas de recuperación; era un proyecto piloto y no estaba diseñada para el agua. Pasé mi mano sobre su rostro y cayeron  unos recordados copos de nieve sobre mi corazón, termine por besarla. Después la cubrieron con un papel plateado.
  Pasaron los meses mientras  reconocía lo que sentía por Angélina, miraba sus pertenecías, olía su ropa, ambulaba por donde habíamos paseado, y acabé por cruzar en rojo por donde lo hizo ella.
      Ahora preparo solo la cena de Navidad saliendo del horno un olor agradable. Me siento junto al árbol que refleja sus colores sobre las paredes, debajo el Belén; que da junto a la vela un soplo de calor y luz en el hogar. Comienza el villancico de Bing Grosby, hasta que se interrumpe con una llamada del portero automático.  Pulso y la pantalla  de video cámara se enciende y aparecen en la imagen mis amigos  sonrientes de Yushin American con Angelina y una caja piloto de 60 cm... Tras la sorpresa, con una carcajada presiono el botón de apertura accediendo a la aventura y al lado más humano que se encuentra en todo ser....

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